Ahora estamos en Salento, un pueblo del eje cafetero muy lindo, pequeño pero con una Calle Real muy comercial, dirigido casi exclusivamente a los turistas. Hay mucho mochilero. Subimos hasta una pequeña colina desde donde vimos el atardecer.




Brevas con queso. Así rezaba el cartel y … No pude resistirme. Una delicia y … Tengo la receta. Pueden verla en http://www.cocinademeg.com un blog de cocina muy variado y rico, rico. Seguir ese blog será con seguridad un gran acierto.
Adjunto vídeo pequeña charla con propietarios. Insisto, la amabilidad y buena educación son la marca de los colombianos-as. ¡lástima que la parte mala sea la más conocida en el mundo!
ETNIA, ARTE Y SABOR, Así se llama este lugar, mezcla de restaurante, teatro, pintura y atesanía situado en la Calle 4º, 645 – Salento – Colombia. Altamente recomendable.
aquinterotirado@hotmail.com
Y todo es muy tranquilo y la gente de lo más sencilla y amable … Y educada, muy educada.
!Estamos pasándolo chévere! Saber más:
Mañana vamos a hacer una ruta poco convencional. Tuvimos la suerte y … Porque yo me «enrollo» con la gente y así, la joven que nos atendió en una pastelería nos habló de un amigo que hace excursiones por lugares poco frecuentados y allá que nos fuimos.
Teníamos la opción de seguir la ruta turística al valle de Cocora o irnos al Volcán Cerro Machín Saber más y elegimos la ruta más cara, pero menos visitada. Sólo éramos el chófer, el guía, una pareja de australianos y nosotros. A las 6:00 nos vienen a buscar. Regresaremos tarde … Como a las 20:00 horas. Estaremos incomunicados pues la zona no tiene cobertura.
El Willy se portó.
En los taxis de Bogotá se notan más los baches de la ciudad que estos 104 kms. Habéis leído bien, 52 kms. por trayecto de una carretera, ¿qué digo carretera?, una pista de tierra que sube hasta los 2.400 msnm, baja hasta llegar al pueblito de Toche Saber más
y nos acerca hasta las faldas del Volcán Cerro Machín, desde donde a pié continuamos hasta superar la cumbre y bajamos hasta la laguna de este volcán inactivo, de momento, que sigue siendo un lugar de pastoreo.
Les comentaba que estábamos en el interior del volcán. Un prado verde, a pesar de la prolongada sequía que asola el país. Más de 4 meses sin lluvia ha producido grandes pérdidas en la agricultura e incluso ha muerto ganado.
Descansamos un buen rato allí y regresamos. En el camino de ida nos encontramos con padre e hijo que trabajaban en la colocación de una valla para evitar que el ganado entrase en la pista. Vean cómo abren el hoyo para luego clavar la estaca. ¡A mano!
Bajamos hasta donde el coche y continuamos hasta un riachuelo que lleva agua caliente. Hay unos pequeños «géiseres» y uno de ellos ha formado una estalagmita de más de 3 metros de altura. Y el agua sale caliente, muy caliente.
Para llegar hasta dicha estalagmita hay que caminar un buen trecho de intrincada maleza y pendiente bastante acusada. Bien es cierto que lo hicimos con buen animo con la promesa, por parte del guía, de que un «ratico» llegaríamos a unas termas que nos aliviarían el cansancio.
Y llegamos. Un simple estanque donde retener el agua caliente que viene por el lecho del barranco se nos asemeja al mejor balneario del mundo. Allí nos encontramos con unos jóvenes que disfrutaban de las aguas termales a los que les doy las gracias por posar para mi blog.
Vehículo que transporta gente y pequeña mercancía, hace tres viajes al día a la zona pero por Pereira departamento de Tolima en dirección opuesta a la nuestra
En medio de la nada, bueno, casi nada porque apenas hay dos casas cerca, disfrutar de un relajante baño de agua a unos 38-40 grados contemplando las verdes montañas a tu alrededor, créanme, es un lujo al alcance de unos pocos. Y después un plato típico de Colombia: el sudado. Papa, yuca, pollo, huevo duro y arroz y de beber una limonada fresquita. Y… A las 15,45 regresamos. El conductor, a una velocidad, yo juraría que, superior a 50 kms/h. enfiló el camino de regreso. ¡¡Una batidora parecía el Willy!!, y a las 19,05 llegamos a Salento. Después del esfuerzo nos merecíamos un capricho y… En «La Postré» calle Real núm. 4-08 disfrutamos de un Brownie y de unas brevas con cuajada. Ambos excelentes.
Una reconfortante ducha caliente en «la Casa Hostal de Lili» hostal en la misma calle núm. 3-45 completaron el día. Esta es la carta de presentación de Lili:
«Nuestra casa tiene 120 años de antigüedad y es patrimonio arquitectónico por ser exponente de la cultura del bahareque. Saber más
En nuestro hostal serán atendidos por su propietaria una alegre colombiana reconocida por su amabilidad, cuyo principal interés es que usted se sienta como en casa y tenga la oportunidad de escuchar buena música,practicar un buen español, ver buen cine, compartir momentos culinarios y conocer más sobre la cultura Colombiana, y quien estará encantada de orientarlos sobre actividades que podrán realizar en Salento».
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