Un momento ideal este mes de abril para realizar esta ruta. Es corta, no llega a 7 kms., pero es una de esas rutas en la que disfrutamos enormemente de las imágenes que van desfilando ante nuestros ojos a medida que caminamos. Los cerezos y las amapolas californianas en plena floración son todo un espectáculo.

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Todo un despliegue de la naturaleza para satisfacción de nuestros sentidos. Podréis ver en las fotos que hay toda una colección, como si de una galería de arte se tratara, de cuadros sobre la misma temática: Naturaleza.

No es una ruta solo para caminar. Tenemos la obligación de permanecer mucho tiempo contemplando tanta belleza. El Bzzzz Bzzzz Bzzzz de las abejas suena a nuestro paso mientras vemos como se mueven de una flor a otra,  laboriosas ellas, captando la materia prima para producir la miel y polinizando a la vez las plantas.

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Más tarde subimos hasta el pinar y caminamos un buen rato en medio de un bosque y podremos ver los restos de algunas casas abandonadas, vestigio de que allí habitaron gentes que vivían del trabajo que les proporcionaba la extracción de  leña, cisco y pinocha del monte.

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