Comenzamos el camino por la Vereda do Ribeiro Frío que nos acerca hasta el «Miradoiro dos Balcoes» desde donde podemos disfrutar de espectaculares vistas (cuando el tiempo lo permite) sobre el valle.
«Circundante a la levada predominan las más diversas especies endémicas como laureles (Laurus novocanariensis), viñátigos (Persea indica), la uva de monte (Vaccinium padifolium), las orquídeas de Madeira (Dactylorhiza foliosa), pero también encontrará árboles exóticos de hoja caduca como los robles (Quercus robur) y plátanos (Platanus x acreifolia), que se distribuyen regularmente en la cuneta del camino.»
Regresamos por el mismo sendero y tomamos el camino hacia la Levada do Furado.
Aquí nos toca comprobar in situ el por qué Madeira tiene tanta agua. Una casi constante fina lluvia nos acompaña durante todo el recorrido. La conocida lluvia horizontal que humedece los bosques hace que tengamos que tener especial cuidado de donde pisamos, pero el camino es agradable y muy bonito.
«De vuelta a Ribeiro Frio por el mismo camino, aproveche para adquirir algunos recuerdos de artesanía regional y descubrir, en el Parque Forestal de Ribeiro Frio, los viveros de truchas arco-iris (Oncorhynchus mykiss Walbaum) de la piscifactoría de Ribeiro Frio, cuyo principal objetivo es la producción de truchas para repoblar las líneas de agua de la isla de Madeira.»
La información entrecomillada, está extraída de http://www.visitmadeira.pt/es-es/que-hacer/actividades/buscador/pr11-vereda-dos-balcoes. Saber más
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